sábado, 28 de junio de 2008

Riesgo - Olga A. de Linares


RIESGO
Olga A. de Linares

Nunca jugó, por temor a ensuciarse o lastimarse.
Nunca se enamoró, por temor a que lo hicieran sufrir.
Nunca voló ni navegó, por temor a que el avión cayera o el barco naufragara.
Construyó un caparazón, invisible pero efectivo, para protegerse de todo.
El tiempo acarreó soledad y aburrimiento.
Vio pasar a la Muerte muchas veces. Pero ella nunca se le acercó.
Ya era muy viejo cuando decidió preguntarle si su hora estaba cerca.
Estaba solo, con frío, el cuerpo le dolía por todos los costados, y hacía mucho que nada parecía tener sentido.
La Muerte lo miró con sorpresa.
—No puedo llevarte —dijo—; solo vengo por los vivos...
Y partió, sola.

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