domingo, 27 de julio de 2008

Pibes, bolsitas y caricias - María Brachetta


PIBES, BOLSITAS Y CARICIAS
María Brachetta

Una tarde volé por el aire y con un estornudo de Laurita caí boca abajo dentro del recipiente de plástico que robaba mi atención aquella tarde.
Con actitud recorrí cada rincón. Subí y baje con cada inhalación.
Encontré manos de abuelas y tías viejas.
De repente los costados de la bolsa empezaron a vibrar y sacudirse. Un pibe aspiró y dos, de todas estas manos, fueron chupadas por el aire, subieron y acariciaron su nariz. La mimaron tanto que la dejaron colorada.
Caí en el piso, medité entre el polvo de los azulejos.
Volví a mi forma tradicional.
—¡Las inclinaciones sutiles de sus cabezas, son las búsquedas de las caricias que se les niegan! —le comenté a Hernán a modo de reflexión.

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