jueves, 23 de abril de 2009

Ese árbol - Ana María Shua



Es falso que tragarse el carozo o la semilla de una fruta pueda provocar el crecimiento de un árbol en el vientre, un árbol que hundiría sus raíces en los riñones, en los intestinos. Esa rama florida que emerge poco a poco entre mis dientes amenazando con cargarse de fruta en el verano debe tener, entonces, otra explicación.

2 comentarios:

Ogui dijo...

Espléndido! Ahora entiendo ciertas cosas que ocurrían en mis primaveras juveniles!

Martín Gardella dijo...

Muy bueno! Me gustó mucho.