sábado, 11 de abril de 2009

Nudo gordiano en las trincheras - Jorge X. Antares


Jonah Fry apuntó a la cabeza del alemán al mismo tiempo que éste apuntaba a la suya con la Luger. Eran tablas. ¿Qué hacer? ¡Maldita guerra! De repente, vieron al pequeño demonio risueño que apareció en medio de ellos y que les arengaba para que apretasen el gatillo. Apelaba a sus instintos patrióticos y a sus ansias de venganza. Al cabo de un rato incitándoles, los dos soldados se miraron y con una sonrisa cómplice dispararon cambiando el blanco.

2 comentarios:

Nanim Rekacz dijo...

Muy buen cierre, excelente metáfora.

Ogui dijo...

Quién era el demonito? hitler? qué idea! Bien... al fin se hace lo que piensan los que en verdad se mueren...