sábado, 1 de mayo de 2010

Literalmente - Lucila Pinto


“Te voy a comer a besos”. Ese fue el presagio de lo que iba a ocurrir esa noche entre los amantes. La madrugada siguiente solo quedaban en la habitación algunos huesos y vísceras, aquellos órganos que los dientes no habían podido despedazar. Ahora, los dos eran un cuerpo. Antropofagia.

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