martes, 28 de septiembre de 2010

00:00 - Juan Manuel Valitutti


—¿Qué hora es?
—23:59.
—Estoy nervioso.
—Tranquilízate, novato.
El gran reloj de péndulo comenzó a dar las doce campanadas.
—Me siento como un ladrón.
—Pero no somos ladrones, novato. Somos fantasmas, te guste o no. ¡Y tenemos que hacer nuestro trabajo! ¡Y no te olvides de azotar fuerte esas cadenas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sacó una sonrisa. Muy simpático el novato. Saludos.