miércoles, 28 de diciembre de 2011

Accidente cerebral - Albin Lainez


Cuando abrió los ojos estaba en un sanatorio. Manos y pies sujetos a la baranda de la litera por fuertes correas de cuero. Los médicos, que lo observaban en círculo, hablaban entre sí con un idioma incomprensible. Intentó pedir agua, forzando su garganta devastada por sed y silencios.
Alarmado, se oyó croar.

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