Se encontraron estas dos figuras clásicas en la discoteca 'Sky is It' en Amsterdam. Bebieron hasta quedar tumbados.
Pinocho recordó la indignación con su papá, Frankestein expresó que peor, que nunca tuvo amor.
Abrazados como parceros salieron del aposento. Se les oyó discutir en una lengua incomprensible.
Tambaleándose siguieron por las callecitas del Barrio Rojo de la ciudad.
Chuecos y desbaratados.
En la madrugada, una patrulla encontró a Pinocho despedazado, un martillo y un texto colgante de su pecho: Error científico... ¡Acá terminan tus lágrimas y el dolor!
Sobre el autor: Oscar Darío Velásquez Lugo
Sobre el autor: Oscar Darío Velásquez Lugo
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