domingo, 21 de julio de 2013

Un largo pasillo hasta el otro lado de la calle - Raquel Sequeiro


Hay una diferencia entre la melancolía y la latente depresión del muerto que atisba la casa contraria y se ennoblece mirando cuanto hay al otro lado de la calle llenándose la vista de ojos, de coches, de árboles, de farolas, de habladurías, de susurros, de soles, de lunas, de parques, de hondonadas, de valles… Le llegaba la vista tan lejos que creyó por un momento que era Dios, luego se sostuvo la mirada frente al espejo. Su hija Cati le explicó en un susurro que las nuevas gafas eran mágicas. Ernesto se quedó boquiabierto, con la baba colgándole del labio inferior; pasaron un par de coches. Ernesto aún vivió doscientos años más; ahora soy yo la que lleva las gafas.

Acerca de la autora:
Raquel Sequeiro

1 comentario:

Cristian Cano dijo...

¡Ah! Raquel, en dónde andás. Hermoso.