domingo, 27 de julio de 2014

Le acompaño en el sentimiento - Isabel María González


Un rosario de familiares, amigos y hasta desconocidos le expresaban sus condolencias en una larga e interminable letanía de palabras sin sentido. Las pocas que lograba escuchar, entre los claros de aquella tormenta terrible que inundaba sus ojos y nublaba su mente, le sonaban lejanas y vacías. Recordaba la de veces que ella misma las había ofrecido para otros. La más ilógica, no hay mal que cien años dure, la más dolorosa, el tiempo todo lo cura. Curarse sería olvidarle, y eso nunca, ni aunque viviera cien años. Dejó de escuchar y siguió pensando en él.

Sobre la autora: Isabel María González

Huella: impresión profunda – Luisa Hurtado González


Dejó profundas huellas en mi camino y equivocada las seguí sin vacilación.
Cuando llegué a su lado, me miró con ese gesto de desilusión que tanto me hería y dijo:
¿Qué haces aquí? ¿Por qué me has seguido? ¿No has visto acaso como mis pasos se alejaban de ti?
Me sentí perdida. Desanduve el camino andado viendo a cada paso como mis pisadas y las suyas iban en direcciones opuestas.
Ahora, ya en mi camino, sin señales, sin marcas, sin pistas, intento seguir con mi vida pero a veces, sólo a veces, sacó el par de zapatos que olvidó en mi armario, me los pongo y recorro la casa a grandes zancadas.

Sobre la autora: Luisa Hurtado González

jueves, 24 de julio de 2014

Baile de mariposas - Lola Sanabria


Desde tus entrañas - Isabel María González


Prisionero de su esfera, recibe impotente las sacudidas y los golpes. Agitado, inquieto, siente su dolor y su angustia, siente su miedo. Del exterior siguen llegando, más gritos y más llantos. Quiere salir, patalea, empuja, cambia de postura, lo intenta de nuevo, no puede. Un portazo. Cesan las voces, y la angustia, y el dolor, y el llanto. Una quietud tensa, un silencio extraño, el miedo de que ese cabrón al final la haya matado. No entiende por qué no lo abandona, por qué no lo denuncia. (Mamá, yo no quiero nacer en este infierno).

Sobre la autora: Isabel María González

Romance insospechado - Anna Rossell Ibern


Su despertar –aquella pesadilla- lo había provocado el intenso dolor de las contracciones en el vientre. Al abrir los ojos vio el calendario en el reloj de la cómoda, situada delante de la cama, al tiempo que observaba en el espejo, presa de terror, la descomunal hinchazón de su barriga. Habían pasado nueve meses desde que aquel ser repulsivo de piel verde y gelatinosa hubiera irrumpido en el dormitorio a través de la ventana que daba al jardín inundado de luz. Sintió en su seno el movimiento serpenteante y ascendente de un ser vivo. El horror atenazó su cuerpo: ¿por dónde iba a salir la criatura?, pensó Gregorio, y en un acto reflejo abrió de par en par la boca.

Sobre la autora: Anna Rossell

martes, 15 de julio de 2014

Dialéctica - Anna Rossell


En un último intento desesperado el abogado había impugnado el juicio alegando defectos de procedimiento. La objeción no progresó. Al cabo de dos meses, sólo cuatro horas antes de la ejecución del reo, el letrado recibió una llamada telefónica en la que se le comunicaba que su alegación había sido rechazada.
 —El jurado ha fallado la sentencia,  —oyó decir al juez al otro lado del hilo.
 —Precisamente,  —respondió el defensor.

Sobre la autora: Anna Rossell

sábado, 12 de julio de 2014

Punto y final - Isabel María González


Para no desconocerla diré que ella no siempre se mostró así: fría, ausente, tan lejos de los que la amamos tanto. Ni una sonrisa, ni una mueca, ni una palabra, ni un pequeño atisbo de lo que ella había sido.
¿Y sus ojos? Esos no son los ojos de mi Elena: los suyos me amaban, me odiaban, me deseaban, me echaban de menos, me sonreían, me lloraban.
Yo debí estar aquí cuando me necesitaron, cuando sus manos me buscaban, cuando parió a nuestra hija. Hoy, sin embargo, vítreos y con las pupilas dilatadas, ni siquiera me culpan.
Miro a mi alrededor: todos esperan con rencor que sea yo quien los cierre para siempre.

Sobre la autora: Isabel María González

jueves, 10 de julio de 2014

XLV Monster TV - Lili Mendoza


Me esperas para abrirte las fauces de par en par
y mirarte; tus orejas de mariquita reciben señales.
Clic. ¿Qué cuentos me traes? Pero entonces te veo
entre nosotros y pienso.

Clic.

Silencio y estática mientras esperas al próximo.

Tomado de Corazón de Charol A-go-gó con autorización de la autora

Sobre la autora: Lili Mendoza

domingo, 6 de julio de 2014

Herencia y resistencia - Laura Ramírez Vides


Soy una de las pocas mujeres que no quiere ser más joven de lo que es; de hecho, amo mis pocas canas. De joven nunca quise volver a ser chica.
Infancia, la mejor edad… siempre sentí que con vivirla una vez era más que suficiente. Sos chica para contestar pero no para escuchar. Sos chica para rebelarte pero no para aguantar. Siempre estás del lado equivocado, del que no hay derechos. Eso me enseñaron, con burlas, manoseos y secretos; me enseñaron a ceder, a ser buenita, complaciente. Todo en casita. Todo en familia.

Ahora tengo una hija, me dicen que la malcrío, que es caprichosa, maleducada, que tengo que frenarla, ponerle límites... lo que no saben es que estoy tratando de ayudarla: enseñándole a contestar, a rebelarse, a decir NO a quien sea que tenga delante, incluida yo.

Tomado de El patio de la morocha


Sobre la autora: Laura Ramírez Vides

El accidente - Carlos Rodríguez Arévalo


El auto viajaba a más de 150 kilómetros por hora sobre el asfalto mojado, ella lo vio desde lejos mientras esperaba sobre la acera y cuando calculó que el auto iba a pasar, dio tres pasos largos y rápidos que la dejaron frente al auto, el cual, como era de esperarse, frenó con todo lo que tenía y giró las llantas al lado derecho para esquivar el obstáculo, el auto dio dos vueltas en el aire para arrastrarse de cabeza en la negra calle por más de 10 metros hasta chocar un poste de alumbrado público que dejo el auto irreconocible. Ella solo vio el suceso y dibujo media sonrisa en sus pálidos labios mientras derramaba una lagrima cada ojo, después caminó hacia el auto y le dio un beso en la frente al conductor, un alma más que le pertenecía, luego desapareció.

Tomado de Microtexteando

Sobre el autor: Carlos Rodríguez Arévalo